Los Misterios de Hallstatt {Afiliación élite}

Vivimos en un mundo donde lo sobrenatural y la magia están unido a la fantasía; la gente no cree en ello, muchos ni siquiera se plantean la posibilidad de que esto exista. Pues bien, se equivocan, porque no siempre fue así, ya que mucho tiempo atrás, los magos y brujas eran temidos y respetados por los humanos. En cambio, estos hechiceros trataban a los humanos como si fuesen seres sin ningún valor. Pues al no ser una amenaza para ellos, no merecía la pena tenerlos en cuenta; tenían cosas más importantes de las que preocuparse. Estos hechiceros pertenecían a tres familias, cada una poseedora de un poder diferente y establecida en una región de Europa.
El territorio de la familia Diermissen, era la zona germano-eslava, que recogía el norte de Europa; los Duvauchelle ocupaban la Galia, y con el paso del tiempo se fueron haciendo con Hispania; finalmente, Italia y toda la zona este del mediterráneo pertenecía a la familia Thalassinos, originaria de Grecia.
Cada familia se caracterizaba por un don diferente:
Los Diermissen eran capaces de controlar los elementos, aunque un solo hechicero no podía controlarlos todos; cada miembro de la familia tenía más afinidad con uno de los cuatro elementos, que era el que luego desarrollaba durante toda su vida. Por lo tanto, los miembros de esta familia podían controlar el agua, el fuego, el aire o la tierra, y dependiendo del tiempo que llevaran practicandolo serían capaces de tener más o menos control sobre dicho elemento.
Los Duvauchelle tenían el poder de manipular la mente, el don de la ilusión; ellos son capaces de hacer distintas cosas, desde un simple truco de cartas hasta hacerte creer que has perdido la cordura. Algunos pueden implantar imágenes, voces y olores que no son reales en tu mente y los más poderosos pueden incluso convencerte de ser quien no eres y enfrentarte a tus seres más queridos.
Por último, la familia Thalassinos posee un poder difícil de clasificar, pero las otras dos familias lo clasificaban como encantamientos. No todos los miembros realizaban el mismo tipo de encantamientos: Algunos solamente podían realizar encantamientos defensivos, siendo capaces de crear escudos tanto mentales como físicos, los más poderosos incluso podían aplicar encantamientos de invisibilidad, tanto sobre ellos mismos como sobre cualquier cosa que ellos quisieran; otros podían mover objetos con la mente, cuanta más experiencia tuvieran, podían mover objetos de mayor peso y tamaño, incluso podían llegar a mover a otras personas, elevándolas o lanzándolas; el último poder que estos mostraban era el de la modificación de la materia, podían cambiar el color, el tamaño, la masa y la dureza de un objeto, aunque nunca en un ser vivo. También había un reducido número de miembros de esta familia que eran capaces de realizar encantamientos curativos, podían curar heridas y aliviar dolores, pero no revivir; además, necesitan mucha energía para lograrlo y, cuanto mayor es la herida, más energía les consumiría.

Cada una de estas familias conocía la clave de su poder, que habían guardado y escondido para protegerla del resto. Pero, a su vez, intentaban apoderarse del poder de las otras dos familias. Sabían que si lograban poseer y controlar los tres poderes tendrían el mundo a sus pies.
Durante años, estas familias se enfrentaban entre ellas intentando conseguir el poder de las otras dos, acabando con todo lo que se interpusiera en aquel fin; los lugares en los que combatían quedaban completamente destrozados, y se llevaron muchas vidas inocentes en cada uno de sus enfrentamientos. Los poderes de las tres familias estaban muy igualados, y a ninguna se le ocurriría nunca aliarse con otra y atacar juntos a la misma, por lo que, tras años de guerras sin sentido, decidieron reunirse en terreno neutro y dialogar, aunque ninguno de ellos tenía realmente la intención de llegar a un acuerdo. El lugar elegido para la celebración de aquella reunión fue un pequeño pueblo en Austria, país que, por alguna razón, ninguna de las familias controlaba, y que resultaba estar en medio de los territorios de cada una de las familias. Solo acudieron los miembros más importantes de cada familia, aunque el resto no se mantuvieron demasiado alejados. La reunión no aconteció en absoluto como ellos suponían, ni firmaron la paz ni lucharon a muerte por los tres poderes. Un grupo mixto de magos que deseaban la paz habían preparado una emboscada, con ayuda de los habitantes del pueblo, para acabar con los cabecillas de las familias. No se supo jamás como un simple grupo de magos pudo contra los más poderosos de cada familia, pero así fue. En cuanto se corrió la noticia, los humanos aprovecharon y comenzaron una caza de brujas que duraría siglos. En el pequeño pueblo de Hallstatt, donde todo había empezado, también comenzaron esa caza, yendo incluso contra aquellos magos que les habían ayudado. Por suerte, algunos de los habitantes se sentían en deuda con aquellos magos y les ayudaron, escondiéndoles en las catacumbas del pueblo. Cuando las brujas y los hechiceros quedaron reducidos a un simple mito, la cantidad de ellos había disminuido notablemente, y se vieron obligados a mezclarse entre los humanos para pasar desapercibidos.